BIENVENID@S A VUESTRA CASA

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jueves, 9 de diciembre de 2010

Mucho más que un trabajo

Ahora todo va tomado colores cálidos, el frío en el coche me obliga a poner la calefacción. Me he despertado con sueño, cansado, pero cuanto más me acerco a mi trabajo, más activo me veo.
Aun después de mi estado, mis sensaciones son las mismas, de plenitud, de alguna manera o de otra en un momento del día consigo mi propósito, propósito que se torna natural e inconsciente, tan sencillo,tan breve en ocasiones, tan pleno.
Y es que, qué poco cuesta hacer felices a otros.
Un gesto, una mirada, una burla, un abrazo... hacer que se sientan vivos, no dejándolos caer en la desesperación de una etapa llena de recuerdos estancados en la que no se sienten útiles en una sociedad que les está dado la espalda.
Ellos insisten en caer en la monotonía y yo intento luchar contra eso. Mientras el tic- tac sigue a pasos agigantados y quiero retenerlo,  se escapa el siguiente y el otro y el otro, y vuelvo al tic-tac del ahora y vuelve a marcar el ritmo.
Sí, estoy en la residencia y empiezo la jornada y nada se puede planificar, son personas y se mueven por impulsos, y aunque hay muchas actividades que ocupan su tiempo; sus dibujos, sus manualidades,sus juegos quedan reflejados en el trabajo diario, me quedo con sus burlas, sus guiños, sus besos, sus caricias...que realmente me ponen en la realidad de su necesidad. La necesidad de ser queridos y sentirse parte importante en la vida de otras personas.
Este es mi trabajo y me gusta.
En ocasiones pienso y comparo con la cultura oriental con respecto a los ancianos y ancianas.
Estos muestran todo su  respeto, porque son fuentes de sabiduría y en el caminar de la vida han cruzado obstáculos y otras complicaciones por el bien de sus descendientes y esto hace que tengan su sitio preferente en sus hogares.
Y me pregunto: ¿ Tan rápidos vamos que no somos capaces de mirar a nuestro alrededor y fijarnos en nuestros mayores? ¿ Tan difícil es de ver las carencias afectivas en los demás?
Pienso que la respuesta puede empezar por la empatía con nuestra propia familia e ir sacando conclusiones.

3 comentarios:

  1. oye eres todo un poeta la verdad pero haces un aapreciacion muy significativa como que en nuestra cultura tan desarrollada el personaje del abuelo que antes era el rey de la casa ha caido en el olvido y ha pasado a ser un estorbo un despojo por parte de la familia pero no solo por parte de ellos sino tambien por la sociedad

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  2. Gracias por tus palabras.
    Y efectivamente, quise hacer hincapié en ese colectivo que con el paso del tiempo han ido perdiendo importancia en un núcleo, la familia, y que ahora son extraños los que nos profesionalizamos para darles esa cabida que por diferentes motivos, los más cercanos no la pueden realizar. Y ese núcleo es parte de un conjunto que forman la sociedad en la que nos movemos.

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  3. Gracias por enseñarme lo maravilloso que es ver a las personas en su fase más culminante de su vida,me impresiona y me fascina la foto,su cara es el retrato vivo de la simpleza de una arruga,de la mirada aun viva por vivir, su expresión es realmente digna de guarda en el recurdo .Espero que muchas fotos de nosotros cuando llegue ese momento nos veamos con esa claridad.

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